La termografía es una herramienta muy útil en el mantenimiento de vehículos ferroviarios, habida cuenta de los procesos térmicos que ocurren en la sala de máquinas, tanto desde el punto de vista termodinámico, como en circuitos eléctricos.

La termografía se basa en la captura de la radiación infrarroja que emite el cuerpo que se desea valorar. La radiación infrarroja se emite en función de la temperatura del cuerpo, y valorando otros parámetros como la emisividad. De esta manera se puede reproducir un campo escalar de valores de temperatura.

Cada punto se colorea en función de la temperatura que toma, dando como resultado una imagen térmica ilustrativa de las zonas más calientes y más frías del cuerpo medido.

Las posibilidades de uso son muy extensas, a modo de ejemplo:

• Valoración funcional de cambiadores de calor;
• Valoración de estado de rodamientos de motores de tracción en pruebas de rodaje en vacío;
• Valoración de conexiones de circuitos eléctricos de potencia y de aparamenta, como contactores, entre otros.
• Estado de bobinados de motores en funcionamiento;
• Regularidad de flujo en conductos de escape del diésel;
• Valoración del circuito de refrigeración;
• Detección de fugas de gas en circuitos refrigeradores;
• Etc.